martes, 16 de julio de 2013

120 oportunidades

De no creer, pero cierto. Un profesional arquitecto nos comentó todas las peripecias que debió pasar en la Municipalidad de Asunción detrás de un expediente.

Debió enviar a su secretario para hacer el seguimiento al expediente nada menos que en 120 oportunidades. Fueron 120 veces en que el pobre prójimo perdía media mañana en las oficinas municipales haciendo plantón para que se le atienda en las ventanillas.

Para no dar rienda suelta a su ira el profesional se puso a contar todo el periplo que le llevaba la carpeta y computó 533 horas hombre de trabajo, dedicadas exclusivamente en esa tarea, horas que debió pagar obviamente.

Durante ese ajetreo el expediente entró y salió de diversas oficinas municipales durante 97 veces. Esta secuencia se describe en 35 páginas, a las que pudimos acceder.

En ese trajín el expediente “se extravió”, lo cual obligó a reconstruirlo, recabando todos los elementos de la carpeta uno por uno. Y eso que solo tenía ¡200 páginas!

¿Cómo se explica que pueda tardar tanto un expediente en la Municipalidad de Asunción?

¿Acaso no se cuenta con una herramienta de seguimiento “on line” de expedientes de aprobación de planos a través de internet? Por lo menos, es lo que se había anunciado en marzo de 2011 y fue una de sus promesas electorales del intendente Arnaldo Samaniego.

Incluso, durante la anterior administración de Evanhy de Gallegos, se había hablado de simplificar los trámites de aprobación de planos y permisos de obras eliminando varios pasos innecesarios.

El caso descripto es una anécdota de uno de los profesionales que debe hacer gestiones en las dependencias de la Comuna capitalina. Como él, muchos otros también tienen una larga historia que contar a la hora de obtener los permisos correspondientes.

Para muchos ir a la Municipalidad es un suplicio y una tortura. Se dan todos los elementos para el suspenso y los ingredientes para enervar a cualquiera.

“Si uno es profesional en ejercicio -arquitecto o ingeniero- que haga la más mínima denuncia o crítica, los expedientes que presente ese profesional están marcados y les hacen tardar el doble o el triple de tiempo, o mucho más incluso, y está expuesto a que sus planos se extravíen -entre comillas- o recomenzar todo desde cero”, dice una de las quejas que recibimos en la Redacción.

La falta de criterios uniformes acerca de la interpretación de las normas hace que muchos expedientes estén sujetos a interpretaciones caprichosas, malintencionadas o malévolas de funcionarios de tercer y cuarto rango, cuyas luces no llegan siquiera a permitirles un manejo correcto del castellano, sin contar con su mala voluntad y su predisposición a “resolver” las cosas por otra vía, bajo los escritorios.

Esta son las pequeñas grandes mafias que joden al ciudadano asunceno.

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