sábado, 15 de junio de 2013

Buenos aprendizajes para estudiantes más pobres

Este es el desafío educativo para el MEC en los próximos años. Estudios realizados a partir de los resultados de 11 países de América Latina y el Caribe (ALC) en las pruebas PISA de la OCDE concluyen que los países con mejor desempeño son aquellos en los que el sistema educativo logra romper el vínculo entre el nivel socioeconómico de sus estudiantes y los aprendizajes.

En general, la marca de los sistemas educativos de ALC es una: pobre educación para los pobres, y esa es la ecuación que hay que vencer. Es decir, es normal que los pobres aprendan menos que los estudiantes ricos en un mismo país, incluso con los mismos maestros que en un turno enseñan en escuelas públicas y en otro, en escuelas privadas.

En las últimas dos décadas, tanto en nuestro país como en los otros países de América Latina y el Caribe, han aumentado significativamente la proporción de niños y jóvenes que asisten a la escuela en todos los grupos de edad. Este aumento ha sido liderado por los grupos que tan solo unas décadas atrás contaban con menor acceso.

Los niños y jóvenes más pobres y los que residen en zonas rurales han aumentado su participación en preescolar, primaria y secundaria. Según un reciente estudio del BID, mientras 2 de cada 10 niños pobres de 4 y 5 años asistían a la escuela dos décadas atrás, hoy 7 de cada 10 lo hace. Este aumento es una importante tendencia hacia la disminución de las brechas de acceso en todos los niveles educativos.

Esta mayor participación escolar de los grupos vulnerables también se ve reflejada en un aumento considerable de las tasas de finalización de primaria y secundaria. Mientras solo la mitad de los niños procedentes de familias de menores recursos y de zonas rurales había finalizado la primaria en 1990, hoy en día el 80% tiene primaria completa.

En 1990, la tasa de finalización del primer ciclo de secundaria era solo de un 20% entre los jóvenes de menores recursos y de zonas rurales, pero en las últimas décadas se ha duplicado y ahora alcanza el 40%.

Estas cifras nos dicen que los sistemas educativos han logrado que los pobres lleguen a la escuela cada vez más, y lo que queda como tarea pendiente para el corto plazo es lograr que los mismos aprendan lo que deben aprender para una vida plena, una meta compleja que requiere de toda la lucidez con que cuenta el país para el desarrollo de las políticas públicas.

Y las propuestas de acción no solo deben ser técnicamente correctas y alcanzables, sino estar comunicadas con claridad, lo que quiere decir:

- Que personal y socialmente deben tener sentido (que sean deseables).

- Que puedan ser percibidas como posibles (que sean concretas y realistas).

- Que sugieran con claridad las formas de realización de los diferentes actores del sistema educativo (cómo se hace, quiénes lo hacen y con qué herramientas).

Para ello, el Estado y los medios masivos deben propiciar el diálogo informado y responsable, las medias verdades sobre la educación hacen mucho daño y solo confunden en un tema naturalmente complejo.

Por Nancy Ovelar (*)

(*) Educadora y periodista

http://www.abc.com.py/edicion-impresa/opinion/producir-buenos-aprendizajes-en-los-estudiantes-mas-pobres-584408.html

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