
Volviendo de las ramas: lo cierto es que no solo de pan viven el hombre y la mujer. En el Bañado Sur, en medio de inocultables apuros materiales, se festejó el año pasado una muy vistosa fiesta de primavera. Casi igual que en cientos de clubes sociales de todo el país, pero con una diferencia muy visible a favor del baile del Bañado: en él se percibían la alegría y el encanto de las muchachas que por primera vez, acaso, bailaban de gran gala, con el apoyo de todo su entorno y con toda la hermosura que, desde luego, está presente sin falta en las fiestas de las jovencitas y, ¿por qué no?, en las de los jóvenes. Escuché algunas voces mascullar contra el despilfarro de “esos inconscientes” que gastaban lo que tenían en algo que apenas duraba unas horas, para luego perderse en la eternidad.
En mi opinión, ese baile será con los años “aquel baile” de debut pa
ra las chicas. Un episodio de sus vidas que jamás olvidarán, y que les habrá recordado que ellas -y sus también jóvenes compañeros- no viven al margen de la sociedad, sino integrados plenamente en ella, aunque sufran muchas veces penurias de origen casi exclusivamente económico. Para quienes crean que por ser pobres no deberían los humildes cumplir los modestos sueños que son comunes a todos, me permito informarles que están groseramente equivocados.
Similar choque de posturas se dio cuando, en ese mismo lugar (el Bañado Sur), se inauguró una academia de baile clásico. Era un contento ver a las niñas y jovencitas vestidas como cualquier estudiante de ballet y desplazándose en un flamante piso de parquet. Es indiscutible que, para alcanzar esta meta, hubo que poner mucho esfuerzo. Y no sé con certeza si alguien pudiente contribuyó con esa patriada cultural. Pero sí estoy seguro de que las ganas y la determinación de atenuar las urgencias materiales con la fuerza de los tanteos artísticos y la diversión social sana, se deben a una iniciativa de los pobladores del lugar y acaso al apoyo de algún religioso. Vayan los aplausos para los mentores y sus entusiastas jóvenes. Amén.
Por Moneco López
http://www.ultimahora.com/notas/627441-No-solo-de-pan-se-vive
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