Una reflexión perfecta para este fin de semana.
Ayer acudí como panelista a un evento llamado “De la tragedia al triunfo” en la provincia de Ontario en Canadá. El evento fue muy interesante y al final tuve oportunidad de conversar con algunos de los asistentes que amablemente se acercaron para compartir experiencias e intercambiar impresiones.
De alguna manera la charla gravitó hacia la longevidad y fue ahí que surgió la pregunta, uno de los asistentes, una dama de aproximadamente 30 años me pregunto directamente: -Jaime ¿Te gustaría vivir 100 años?- La pregunta sin duda alguna es interesante y a pesar de que el primer impulso es responder que sí, en realidad la calidad también importa y a menudo veo como personas “viven” como si estuviesen dormidas, pasan días enteros en lo que llamo “piloto automático” solo cumpliendo con las funciones vitales para cansarse y llegar a casa con una buena excusa para dormir y repetir la rutina al día siguiente.
Me pregunto y te pregunto a la vez: ¿Qué tal que despertamos y hacemos eso que siempre hemos querido hacer?, ¿Qué te parece que salimos ahora mismo a hacer las llamadas que tenemos pendientes, decimos los te quiero que no hemos dicho y nos quitamos el cáncer del rencor que nos consume de a poco el corazón? ¿Qué tal que aprecias lo que te rodea y dejas de lamentarte por lo que no tienes?, Al menos por un momento, al menos por un día. ¡VIVAMOS!

1 comentarios:
Me encanta, y me hace recordar a una frase. Donde el alumno pregunta: "Maestro, ¿Cuál es el secreto para la longevidad?, A lo que el Maestro le responde: "Comer la mitad, andar el doble y reír el triple"
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