sábado, 10 de agosto de 2013

Desafíos estragégicos

El plan estratégico del gobierno de Horacio Cartes fue pormenorizadamente publicado por el diario La Nación en su edición de ayer. En el documento, se declara que las autoridades que asumirán el 15 de agosto buscarán dos objetivos económicos concretos: un promedio de crecimiento anual del Producto Interno Bruto (PIB) en torno al 6% o al 7% y la creación de alrededor de 120.000 puestos de trabajo por año.

Ambas metas son ambiciosas pero no irreales. Análisis y pronósticos de consultoras privadas, de entidades estatales y de organismos multinacionales coinciden en que Paraguay registrará porcentajes de expansión más elevados que el promedio de la región en los próximos años. Se nota además un creciente interés de inversionistas extranjeros que ven posibilidades de buenos negocios en nuestro país, como lo evidencian las intenciones de industriales brasileños de aprovechar las ventajas energéticas, impositivas y legales del Paraguay. Otro tanto puede decirse del boom de los emprendimientos inmobiliarios de gran porte, con inversiones en oficinas corporativas, residencias de alta gama y hotelería. Existen por tanto condiciones objetivas para alcanzar los propósitos mencionados. El viento sopla a favor de Paraguay, es cuestión de orientar correctamente el timón de la nave y sostener el rumbo con mano firme.

Para ello es indispensable proteger la estabilidad macroeconómica como condición necesaria para la atracción de inversiones. En este sentido, el gobierno entrante tendrá imperativamente que cambiar en profundidad la política de gasto público que concentra el 90% de los recursos del Estado en el pago de salarios y remuneraciones. Es preciso acabar con los presupuestos deficitarios, modificados arbitrariamente por el Poder Legislativo -que no tiene funciones administrativas- en base a consideraciones políticas, con frecuencia clientelistas y prebendarias.

La contracara de estos cambios debe ser un sustancial aumento en las recaudaciones fiscales, con criterios de combate a la evasión, de ampliación de la base tributaria y de equidad, pero evitando efectos recesivos sobre la economía.

Es crucial además superar las deficiencias estructurales de nuestro aparato económico: garantizar la suministro en volúmenes apropiados de energía; conseguir la provisión regular de insumos clave como el cemento; mejorar sustancialmente la calificación de la mano de obra e implantar las condiciones para la modernización en tecnología y comunicaciones. En el campo de la gestión gubernamental propiamente dicha, en el día a día de las instituciones estatales, el gobierno deberá afrontar tareas cruciales como la abolición de la corrupción en la gestión pública, la simplificación de la burocracia y el otorgamiento de mayores facilidades para empresas e iniciativas productivas.

El plan estratégico de Cartes es -como generalmente son los planes- interesante y positivo. Los obstáculos suelen comenzar cuando se busca a la gente y se integra el equipo que los llevará adelante. En este sentido, el desafío personal de Horacio Cartes será mantenerse firme en su decisión de formar una “selección nacional” con las personas más capaces, honestas y preparadas, tomando en cuenta solo sus méritos y no su pertenencia partidaria o su lealtad a tal o cual sector o líder político.

Los mejores programas y planes se convierten en papel mojado si se contaminan con las prácticas y vicios nefastos de nuestra clase política, tan conocidos por la ciudadanía. La hoja de ruta puede generar mucho entusiasmo, pero sin los paraguayos y paraguayos idóneos, con un alto sentido de patriotismo, no servirá de mucho.

http://www.lanacion.com.py/articulo/136920–desafios-estrategicos.html

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