sábado, 10 de agosto de 2013

Liderazgo ético

¿Es posible hablar de ética en el liderazgo?
Este es un abordaje muy propio de este siglo. Es un concepto que se opone a la competencia frontal y salvaje, la que propicia la supervivencia del más apto. Un término que acompaña muy bien esta línea de pensamiento es el de competitividad, palabra sobre la cual la academia nos entrega dos definiciones: Si se trata de personas, son aquellas que “contienden entre sí, aspirando unas y otras, con empeño, a una misma cosa”.

Y si hablamos de cosas, es “igualar a otra análoga, en la perfección o en las propiedades”. La pregunta que cabe en este caso es: ¿Se pueden alcanzar ambos fines manteniendo un nivel ético? Es allí donde entra el liderazgo de avanzada.

En el concepto tradicional, líder es aquel individuo “al que un grupo sigue, reconociéndolo como jefe u orientador”, teniendo como único objetivo la obtención de un resultado o una meta colocando en un segundo plano a quien se lastima o se deja atrás. En la concepción del siglo XXI, el liderazgo ético es la capacidad que tiene una persona de motivar a un grupo dentro de un proceso innovador, en un clima de entusiasmo que lleve a alcanzar metas y objetivos en pro del bien común.

Es una visión constructiva en el abordaje que un grupo humano hace de sus proyectos de vida. Es importante alcanzar metas, sí, pero contribuyendo a mejorar el mundo, no a dañarlo. Para Steve Jobs, fundador de Apple, “la innovación es lo que distingue al líder de sus seguidores”. Y sabía lo que decía.

Apple es, aparte de la marca más famosa de computadoras, un auténtico “top of mind” que logró crear un concepto en informática en torno al cual millones de personas en el mundo se reconocen entre sí. Alcanzar semejante logro requiere paciencia, enfoque y mucho trabajo. Pero también actitud y capacidad para ver por encima del horizonte. Un viejo proverbio dice que el éxito ama la preparación. Y un pensador de este tiempo, John Maxwell, el gran gurú del liderazgo norteamericano, sentenció: “El pesimista maldice el viento, el optimista espera que se calme y el líder prepara las velas para navegar”.

El siglo XXI está lleno de caminos que para el común de la gente son inescrutables. La mayoría espera una señal que les dé una razonable seguridad antes de internarse en ellos. Estos caminos pueden conducirnos, además, a serios peligros generados por la sobredemanda de recursos no renovables y acechanzas ambientales capaces de convertir la tierra en un planeta inhabitable.

El liderazgo ético de este siglo está llamado a plantar banderas y proponer cambios allí donde la mayoría de las personas sólo ve callejones sin salida. Cultivar desiertos y colonizar el espacio exterior es materia del liderazgo innovador que crea esperanza y construye futuro.

http://www.5dias.com.py/29480-el-liderazgo-tico

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