lunes, 8 de julio de 2013

Compromiso con la innovación

Para crear cosas nuevas es condición excluyente cambiar las condiciones existentes. Es la única manera de superar las adversidades: ir contra la corriente imperante. Albert Einstein dijo que “si quieres cambiar algo no hagas siempre lo mismo”.

El innovador, por lo general un emprendedor, es esencialmente un insurrecto contra el establishment, un practicante devoto y casi inconsciente del pensamiento lateral, capaz de encontrar soluciones prácticas, rápidas y baratas en donde otros ven sólo problemas y costos astronómicos. Un equipo de ingenieros viales tenía que resolver qué tipo de puente deberían construir para salvar un enorme zanjón con un arroyo en el fondo que cortaba el trazado de la ruta.

Estudiaron estructuras, costos, tiempo de construcción, materiales, etc. Un día, un joven ingeniero a quien nadie había dado importancia vino con la solución: 2 kilómetros aguas abajo, el zanjón se suavizaba y el arroyo era un hilo de agua. Resolverían el problema con un terraplén con alcantarillado celular, 22 veces más barato que el puente. A nadie, salvo al joven profesional, se le había ocurrido.

En 1946, le encargaron a un gran diseñador aeronáutico italiano, Corradino D’Ascanio que dibujara un transporte popular. Revolucionario, aplicó todo su ingenio construyendo un vehículo “alrededor de la persona”, es decir, adaptado a un pasajero sentado erguido en su asiento.

Puso el motor en la rueda trasera y la delantera la diseñó al estilo de la rueda de cola de un célebre bombardero italiano, el Piagio P-107. El resultado fue un éxito descomunal: la motoneta Vespa. Si D’Ascanio se hubiera ceñido al pensamiento lógico vertical (Edward deBono) quizá no habría salido de la clásica moto. Pero escapando a lo obvio, creó un verdadero ícono social de los años 50 y 60 en Italia primero y el mundo más tarde.

Un estudio de la Universidad de Cornell asigna al Paraguay el puesto 100 en su índice de innovación 2013. Suiza, Suecia, Reino Unido, Holanda y EEUU se reparten los cinco primeros lugares. El análisis toma en consideración, entre otros indicadores, el desarrollo institucional, la creación de capital humano y el apoyo a la investigación.

Sin embargo, pese a su posición en la tabla, el Paraguay estaba en 2012 entre los 10 primeros países en cuanto a eficiencia en innovación. Dice un informe de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual: “Como complemento a la clasificación del IMI, el índice mundial de eficiencia en innovación muestra qué países sobresalen en la transformación de determinados recursos invertidos en productos de la innovación.

Los países que destacan en producción de innovación, a pesar de disponer de un entorno de innovación más precario y de menos recursos para la innovación que otros países, son los que tienen más posibilidades de ocupar los primeros puestos de la lista del índice de eficiencia”. En esa lista, Paraguay es 6°. Algo para tener en cuenta.

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