lunes, 8 de julio de 2013

Sector privado y política exterior


La expo de Mariano Roque Alonso se presenta en esta edición en un marco de singular optimismo. En primer lugar, nuestro país acaba de superar una etapa de crisis política en forma ejemplar, recurriendo al voto de la ciudadanía que en las elecciones del 21 de abril volvió a dotar de indudable legitimidad a las instituciones y autoridades. En segundo término, los pronósticos de los organismos tanto públicos como privados acerca del futuro de la economía paraguaya son sumamente favorables. Se estima que nuestro país crecerá por encima del promedio de la región al menos por los próximos tres años, lo que constituye un excelente aliciente para multiplicar las inversiones.

Finalmente, la instalación del nuevo gobierno es para el empresariado una valiosa oportunidad de construir una alianza sólida y con sentido estratégico con el sector público, ya que el titular del Poder Ejecutivo es un hombre salido del mundo de los negocios, conocedor de las necesidades y potencialidades de nuestra economía y que aparece como un interlocutor apropiado para inversionistas y emprendedores. En este contexto positivo, tan solo un elemento es el que quizás se muestra como una nube en el horizonte, como una sombra de incertidumbre: la política exterior paraguaya. Todavía hoy no está claro el panorama en relación a la permanencia de nuestro país en el Mercosur y, simultáneamente, surgen ya nuevas perspectivas con el acercamiento a la Alianza del Pacífico, bloque conformado por algunas de las economías más pujantes del continente, México, Colombia, Chile y Perú.

Los socios del Mercosur ya han adoptado medidas aduaneras sin la participación de Paraguay, como la elevación del arancel externo común para más de 200 productos. La intención es que nuestro país acate sin más estas modificaciones arancelarias.

Es de esperar que desde el sector privado se expresen posiciones fundamentadas y firmes en torno al rumbo que debe seguir nuestra República en este trascendental asunto. Paraguay se encuentra ante una encrucijada y es de enorme importancia que todos los actores económicos y políticos intervengan en el debate sobre la orientación que debe imprimirse a la política exterior. Durante años nuestro país sostuvo en esta materia una actitud tibia, vacilante y mediocre. Las acciones y medidas desarrolladas en el plano de las relaciones internacionales nunca respondieron a un plan estratégico, a una visión a largo plazo que pusiera los intereses nacionales como guía y prioridad. En todos los temas de discusión en instancias multinacionales, Paraguay escogió seguir a las naciones más poderosas de la región, sin atreverse a contradecir siquiera las posiciones de éstas o a plantear sus propios criterios.

Con la excusa de apostar a la integración regional, la voz paraguaya se diluyó en el discurso de brasileños y argentinos en cuanta polémica, controversia o negociación surgiera. En la actualidad está en el centro del debate nacional si Paraguay seguirá cumpliendo este triste papel o tomará en sus manos su propia política exterior. Si el Mercosur tiene algún futuro es solamente con la fórmula de algún tipo de refundación o relanzamiento. La integración económica es conveniente para todos los países de la región, pero sobre bases completamente distintas que garanticen efectivamente el funcionamiento democrático del bloque, con igualdad de condiciones para todos los socios. Además, permanezca o no en el Mercosur, Paraguay debe abrirse a nuevos mercados, aliados y fuentes de inversión. El sector privado, que celebra el buen momento en la expo de Mariano Roque Alonso, está llamado a hacer un aporte crucial en este camino.

http://www.lanacion.com.py/articulo/133139-sector-privado-y-politica-exterior.html

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