sábado, 28 de septiembre de 2013

Mejorar la educación pública

La educación no solo es el instrumento imprescindible para lograr el desarrollo económico sostenido, sino también para que haya igualdad de oportunidades. No se trata de que el Estado garantice a cada uno de los paraguayos los mismos ingresos, sino de que les dote de las habilidades que necesiten para llegar al bienestar, gracias al esfuerzo propio y no a la regulación gubernativa. Debe haber igualdad en el punto de partida y no necesariamente en el de llegada. Esa igualdad inicial dependerá de que los estudiantes reciban en las instituciones públicas una formación tan buena como la que se brinda en los mejores centros educativos privados. Si la enseñanza impartida no es de igual calidad, la educación sirve más bien para acentuar la desigualdad antes que para eliminarla. La tarea educativa pendiente es enorme y requiere un amplio enfoque.

La educación no solo es el instrumento imprescindible para lograr el desarrollo económico sostenido, sino también para que haya igualdad de oportunidades. No se trata de que el Estado garantice a cada uno de los paraguayos los mismos ingresos, sin o de que les dote de las habilidades que necesiten para llegar al bienestar, gracias al esfuerzo propio y no a la regulación gubernativa. Debe haber igualdad en el punto de partida y no necesariamente en el de llegada. Esa igualdad inicial dependerá de que los estudiantes reciban en las instituciones públicas una formación tan buena como la que se brinda en los mejores centros educativos privados. Si la enseñanza impartida no es de igual calidad, la educación sirve más bien para acentuar la desigualdad antes que para eliminarla.

Esto último es lo que ocurre en nuestro país, para mal de quienes se ven obligados a concurrir a establecimientos públicos porque provienen de familias de bajos ingresos. El pobrísimo equipamiento de las aulas, las pocas horas de clase y la falta de idoneidad de los docentes, entre otras cosas, hacen que una vez que se incorporan a la población económicamente activa aumente aún más la distancia que los separa de quienes pudieron acceder a una educación pagada. Quien la pueda costear, no dudará en inscribir a sus hijos en escuelas y colegios privados porque, aunque estén lejos de responder a los estándares de los países desarrollados, son considerablemente superiores a los públicos. En verdad, los paraguayos pobres soportan un sistema educativo que los posterga cada vez más en la carrera por la vida. Para que puedan elevar su nivel de vida, es imperativo que en las instituciones oficiales reciban una buena enseñanza.

La tarea educativa pendiente es enorme y requiere un amplio enfoque. Hay que crear las condiciones para que todos los niños y adolescentes ejerzan su derecho a aprender y para que, una vez escolarizados, concluyan unos estudios que les capaciten para el trabajo. La significativa deserción escolar –unos 172.000 de los 405.000 adolescentes no cursan hoy la Educación Media– afecta sobre todo a los pobres del sector rural y responde a múltiples causas, entre las que se pueden mencionar la falta de recursos para adquirir útiles escolares, la desnutrición aguda o la falta de transporte. La “canasta básica” (kit escolar), con modernos materiales educativos, debe llegar a todos y a tiempo, es decir, no deben permanecer durante años en los depósitos del Ministerio de Educación y Cultura. Como habría que aumentar considerablemente la muy baja carga horaria, la provisión gratuita de alimentos no debería limitarse a la merienda escolar.

Naturalmente, estas solo son algunas de las medidas que habría que adoptar para que al menos rija efectivamente la obligatoriedad de la Educación Escolar Básica. Aparte de retener a los educandos, hay que tener instalaciones bien construidas y equipadas. Es indignante que todavía haya lugares donde se den clases bajo un árbol, sin pizarras ni pupitres, mientras los numerosísimos burócratas, entre los cuales hay muchos corruptos, consumen una gran parte del presupuesto educativo. No basta con que las escuelas y los colegios públicos ofrezcan el ambiente adecuado para que los estudiantes aprendan ni que ellos estén bien nutridos y tengan los materiales didácticos apropiados. Es imprescindible contar con un plantel docente idóneo y convencido de que cumple una labor esencial para la sociedad. Urge capacitar mucho mejor a los maestros y profesores y que estos valoren su profesión. Muchos provienen de familias de escasos recursos y, por eso mismo, deben tratar de que sus alumnos puedan salir adelante gracias a los conocimientos que reciben de ellos. No deberían tener cabida en el sistema educativo quienes no se sientan comprometidos con su labor social.

Es penoso constatar que el compromiso referido brilla por su ausencia cuando las organizaciones gremiales realizan huelgas ilegales sistemáticas, en perjuicio directo de los estudiantes. Las horas de clase perdidas por quienes asisten a los centros educativos públicos hacen que se ensanche la brecha que los separa de quienes asisten a los privados. El aumento de la inequidad social es la consecuencia lógica de las medidas de fuerza a las que están acostumbrados los sindicalistas del gremio. Con esa clase de docentes, solo cabe esperar que la desigualad de oportunidades se agrave y se perpetúe. Como una suerte de contrapeso frente a esos sindicalistas irresponsables, los padres de familia deben organizarse y exigir que sus hijos puedan ejercer el derecho a la educación que se les niega de hecho.

Ellos deben involucrarse mucho más en el proceso educativo, reclamando tanto al Estado como a los docentes que hagan todo lo que sea necesario para que a sus hogares llegue una educación pública de buena calidad.

Hay que impedir que el sistema educativo siga contribuyendo a la inequidad social, en vez de fomentar la igualdad de oportunidades y convencerse de que es falso el círculo vicioso de que el país es pobre porque muchos paraguayos no reciben una buena educación y no pueden recibirla porque el país es pobre. Pueden y deben gozar de “los beneficios de la cultura humanística, de la ciencia y de la tecnología, sin discriminación alguna”, como quiere la Constitución.

http://www.abc.com.py/edicion-impresa/editorial/mejorar-la-educacion-publica-622723.html

3 comentarios:

... dijo...

Siempre hay que buscar lo mejor para todos.

José Purple Haze dijo...

La educación va a subir cuando los del gobierno empiecen a bajar.

chamu.u dijo...

Los grandes hombres de la historia, fueron el fruto de grandes educadores, el lugar el solo el terreno, el amor por dar conocimiento es el agua que hace crecer :)

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